Hoy más que nunca todos somos Niza y todos somos Francia.
Cada víctima, cada expresión de dolor, es una razón más para la unidad
de todos los demócratas frente a la barbarie. Y hoy reivindicamos con
más fuerza si cabe los valores de la Revolución Francesa: la libertad,
la igualdad y la fraternidad.